dissabte, 8 de maig del 2010
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¿Sabes? Nunca supe cómo reaccionar. Supongo que era aún demasiado pequeña, con un corazón demasiado frágil. Mis latidos eran como el aleteo de una mariposa: constantes y bellos, pero esconden detrás una gran vulnerabilidad. Creo que fue ése el motivo de que todo se rompiera tras tu despedida. Me había acostumbrado a todos tus hechos: los besos, las caricias, la calidez, las sonrisas. Era mi mundo y no concebía otra forma. No conocía nada que no fueras tú. Mis fronteras estaban en tu corazón. Por eso, cuando todo se derrumbó, creo que gran parte de mí murió. Se perdió como la nieve en una alud. Se deshizo como el hielo al sol. Pero no quedó nada. Nunca supe cómo reaccionar. Creía que volverías, el tiempo no estaba pasando. La incredulidad me decía que era sólo una "etapa". Pero, no lo fue, ¿verdad? ¿Dónde estás ahora, mi amor? Yo aquí, esperándote. Muy lejos y muy cerca de ti.
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