"Me das asco". Las palabras impactaron sobre mí como si de balas se trataran. El mundo dejó de girar, porque ya no tenía razón para continuar vivo. El cielo cayó besando la tierra, mientras esta se hundía tragándoselo todo a su paso. De pronto todo dejó de existir y me quedé sola en una oscura y deforme realidad. Por más que intentara respirar, no sabía cómo mover mis pulmones. Por más que intentara seguir viva, no sabía qué hacer con mi alma. Las peores palabras que jamás mis oídos captaron. "Me das asco". Intenté tranquilizarme a mí misma. "Bien, analicemos la frase" me dije. "Me" pronombre átomo personal que se refiere a uno mismo. "Das" segunda persona del singular del presente de indicativo del verbo dar. "Asco" sentimiento de repugnancia que se siente por algo desagrada. "Vale, ahora júntalo todo". "Me das asco" significa que yo causo un sentimiento desagradable porque le repugno. El mundo estático acabó de hundirse. ¿Cómo habíamos llegado a tal extremo? Sólo podía repetirme una palabra en mi mente: asco, asco, asco, asco, asco, asco, asco, asco, asco. Tuve miedo, lo reconozco, jamás estuve tan asustada. ¿Y si duraba para siempre? ¿Y si nunca se arreglaba? ¿Y si iba más en serio de lo que yo le tomé? ¿Y si me odiaba? ¿Y si...? Los sentimientos se amontonaron en mis ojos, cristalizándose en pequeñas gotas saladas que se deslizaban por mis mejillas. No podía permitirlo. Él... yo... asco.
"Me das asco". Oh, dios. Te amo.
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada